En
esta nueva entrada del blog, profundizaré en el contenido teórico desarrollado
en el TEMA 3: La enseñanza-aprendizaje y
certificación de lenguas extranjeras por las instituciones internacionales. Comenzaré
con una breve reflexión sobre los Diplomas de español DELE (Diploma de Español Lengua
Extranjera) y SIELE (Servicio Internacional
de Evaluación de la Lengua Española) y concluiré mencionando sus dos referentes
internacionales en certificación lingüística, ALTE, en Europa, y SICELE,
en el mundo hispanohablante.
Los
estudiantes de español como lengua extranjera o L2, que se encuentren en
cualquier parte del mundo, podrán certificar su nivel de lengua por medio de
los diplomas de español DELE y SIELE, pues ambos cuentan con reconocimiento
internacional y con el respaldo del Instituto Cervantes, que es
quien otorga los diplomas oficiales de español, en nombre del Ministerio de
Educación y Formación Profesional de España. Si bien, estos dos exámenes tienen
particularidades que pueden hacer que el candidato se decante por la
realización de uno u otro.
Por
una parte, DELE es un diploma
emitido por el Instituto Cervantes, que no
caduca, y que se puede obtener presentándose a las pruebas que se llevan a
cabo en todo el mundo, en varias convocatorias anuales, a través de una red de
más de 800 centros examinadores. Estas pruebas se hacen, por tanto, en formato papel, en un centro examinador
y con fechas fijas. Los exámenes se diseñan tomando por referencia los seis
niveles descritos por el MCER y su enfoque metodológico. DELE ofrece además pruebas
para escolares (A1, A2 y B1), jóvenes y adultos. El Diploma oficial con los resultados de estas pruebas ("apto" o "no apto" sobre el dominio del nivel del que se examina el candidato, A1-C2) se emite en
un plazo aproximado de tres meses.
Por
otra parte, SIELE, cuya trayectoria
comienza en 2016, 27 años después que DELE, surge de la colaboración del
Instituto Cervantes con la Universidad Nacional Autónoma de México, la
Universidad de Salamanca y la Universidad de Buenos Aires, y cuenta a su vez
con el apoyo en gestión administrativa y comercial de Telefónica Educación
Digital. SIELE se gestiona íntegramente de
forma electrónica, lo que hace que
sea una prueba práctica, flexible y ágil. Es muy práctica porque todas las
gestiones, desde la inscripción, hasta la realización de las pruebas y la
obtención de los certificados, se efectúan a través de Internet. Las pruebas se
llevan a cabo en centros de examen autorizados, que pondrán a disposición del
candidato los medios informáticos necesarios. Asimismo, esta prueba es flexible
porque permite que el candidato pueda examinarse de las diferentes competencias
de forma independiente (comprensión lectora, comprensión auditiva, expresión e
interacción escritas y expresión e interacción orales). Además, al efectuarse
íntegramente de forma electrónica, la comunicación de los resultados y la
obtención del Certificado es posible
que se efectúen en un plazo máximo de tres
semanas. Los resultados del Certificado obtenido tras la realización del
examen completo incluyen una escala de puntuación (sobre 1.000 puntos) con
equivalencia a los niveles del MCER. Este Certificado tendrá vigencia durante cinco años.
Fuente: La hora Cervantes, en RTVE.es
Ambos
exámenes constan de cuatro pruebas (comprensión lectora, comprensión auditiva,
expresión e interacción escritas y expresión e interacción orales), que toman
por referencia el Plan
Curricular del Instituto Cervantes (PCIC) y el MCER,
con una duración total de 3 horas. Si bien, la obtención del Certificado SIELE
es mucho más rápida y flexible, por lo que suele ser una buena opción para
aquellos estudiantes de español lengua extranjera que necesiten acreditar su
nivel de lengua para acceder a una universidad o solicitar un puesto de
trabajo.
Tras esta breve reflexión sobre las pruebas DELE y SIELE, a continuación me referiré brevemente a sus dos referentes internacionales en certificación lingüística, ALTE, en Europa, y SICELE, en el mundo hispanohablante. Así pues, cabe destacar que en 2007, gracias a la colaboración de diversas instituciones de enseñanza de grado superior de países de habla hispana y al respaldo del Instituto Cervantes, surge SICELE, Sistema Internacional de Certificación del Español como Lengua Extranjera. Esta institución internacional de certificación, al igual que ALTE en Europa, tiene por objetivo establecer un sistema de certificación universal para los estudiantes de español como lengua extranjera, que permita uniformizar a nivel internacional los criterios de certificación de nivel de lengua y que verifique la calidad de los sistemas de evaluación certificativa; es decir, que garantice los estándares de calidad y buenas prácticas en todo el proceso examinador, desde la preparación de las pruebas, hasta la entrega de los certificados. No obstante, a su vez, el Instituto Cervantes es miembro de la asociación ALTE (Association of Language Testers in Europe) desde 1992, que es con quien colabora en la supervisión de los exámenes realizados en los países europeos. Esta colaboración, garantiza el reconocimiento transnacional de las certificaciones obtenidas; sería, por tanto, la homóloga de SICELE en Europa.
ALTE fue fundada en 1989 y cuenta en la
actualidad con 31 miembros, 40 instituciones miembros a nivel institucional y
varios cientos de miembros a título individual. Todos ellos han de ser
instituciones de la Unión Europea que emitan exámenes de lengua oficial en su
país. Es un organismo específico del ámbito europeo y entre sus principales
objetivos se encuentran el establecimiento de estándares de calidad comunes
para todas las fases del proceso de certificación de una lengua y su
reconocimiento internacional. Su lengua de trabajo es el inglés y las
condiciones evaluadas recogen un total de 17 estándares mínimos (confección de
exámenes, su administración y logística, sistema de puntuación y calificación,
entre otros) para la obtención del indicador de calidad Q-mark.
Por
su parte, SICELE surge en el ámbito
hispánico gracias a la iniciativa de unas 150 instituciones de educación superior de países de habla
hispana y el respaldo del Instituto Cervantes, con el objetivo de dotar de
transparencia y coherencia el reconocimiento de las certificaciones de la
lengua española, fomentando así el interés por su aprendizaje. Los estándares
SICELE se centran fundamentalmente en cuatro principios: proceso de elaboración
y desarrollo del examen, su gestión y administración, la calificación y
análisis de resultados y la información a los usuarios. Para la obtención del Sello SICELE, cuya acreditación tendrá
una vigencia de ocho años cuando se cumplan el 100% de los estándares, será necesaria
la obtención de, al menos, un 80% de los 19 subapartados y 55 estándares
mínimos, obteniendo así un Sello vigente durante 6 años. Para ello, entre otras
medidas, desarrolla e implanta procedimientos y herramientas de verificación de
la calidad de los sistemas de evaluación certificativa, garantizando su sello
el reconocimiento internacional. Asimismo, promueve programas para la formación
del profesorado de ELE y proyectos de investigación colaborativa. A diferencia
de ALTE, esta institución es de reciente
formación, aunque su expansión es muy rápida, pues en tan solo 12 años
reúne a 8 asociaciones de universidades y de rectores universitarios y a 139
instituciones a título individual. Sus miembros han de ser instituciones de grado superior que provengan
de países hispanohablantes.
Así pues, a modo de conclusión, podría afirmarse que en el caso de la lengua española como lengua extranjera o L2, ALTE, en Europa, y SICELE, en el mundo hispanohablante, son ambas referencias internacionales en certificación lingüística, responsables de marcar las directrices y definir los estándares de calidad, que velan por que la equidad de los exámenes, la ética de las pruebas, su fiabilidad y validez no estén en entredicho, tanto en su modalidad en papel, como digital. Considero que esta dualidad certificadora surge para dar respuesta a la creciente demanda de candidatos que desean examinarse fuera del continente europeo de español como lengua extranjera. La cultura de la certificación en el siglo XXI está en plena expansión y de ahí el auge de estas instituciones internacionales, que han de adaptarse a un mundo cambiante y a una metodología de enseñanza-aprendizaje en plena evolución, sin hacer peligrar la validez y fiabilidad de los exámenes.
Referencias:
Instituto Cervantes (España). (2019). Evaluación y
certificación. Recuperado de https://www.cervantes.es/lengua_y_ensenanza/certificados_espanol/informacion.htm
Bueno, R. (2017). Panorama actual de la certificación
lingüística en español. Centro Virtual Cervantes. Recuperado de https://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/sicele/008_buenohudson.htm
Hola, Ana. Muchas gracias por compartir esta información, tanto las personas interesada en la docencia de ELE, como con el alumnado interesado en la certificación del español como lengua extranjera. Seguramente tienen dudas sobre qué diferencias existen entre las instituciones certificadoras, como nos pasa a nosotros con en el caso del inglés. Sin embargo, por otro lado, esta confusión no resulta sorprendente en absoluto.
ResponderEliminarDesde mi punto de vista, la creación del SICELE constituye una prueba más de la mercantilización de la enseñanza y aprendizaje de idiomas que tiene lugar en al actualidad. Aunque me parece útil en cuanto a su modalidad online, por permitir certificar solo la actividad comunicativa que nos interesa y por su rapidez a la hora de emitir el certificado, también creo que ha surgido ante la demanda de la Universidad de México, en este caso, de tener su trozo del pastel que constituye la enseñanza y aprendizaje de ELE en el mundo.
Sin embargo, esto no es ninguna novedad. Supongo que no soy la única persona que durante la sesión dedicada al tema 3 llegó a la conclusión de que muchas de las instituciones de certificación internacionales presentaban muchos rasgos y funciones comunes en cuanto a la docencia, evaluación y acreditación de la lengua, como ALTE o ACLES, que a su vez forma parte de EALTA, CERCLES y EAQUALS. Por ejemplo, resulta difícil que las instituciones que se centran en la evaluación ecuánime y desarrollo de la competencia lingüística como si las otras instituciones no reparasen en estos aspectos de la lengua.
Por otro lado, si en teoría muchos centros como la Universidad de Cambridge o el Instituto Cervantes, pertenecen y se rigen por las instituciones mencionadas en el párrafo anterior, me sorprende que tengan que publicar tantos materiales, venderlos y lucrarse, sino que deberían disponer de recursos suficientes, ¿no crees?
No obstante, me ha encantado la entrada y espero impaciente tu próxima publicación.
¡Hola, Raquel!
ResponderEliminarEn primer lugar, muchísimas gracias por tu comentario.
La verdad es que coincido contigo en lo referente a la esencia lucrativa de las pruebas de certificación de idiomas, pues más que acreditar el nivel de competencia en lengua extranjera, parecen responder a la ley de la oferta y la demanda, como es el caso del Diploma SIELE descrito en mi entrada.
Sin embargo, celebro la creación del la institución internacional certificadora SICELE, la homóloga de ALTE en el mundo hispanohablante, pues considero que responde a la naturaleza de nuestra lengua, que se caracteriza por hablarse en más de un continente. A este respecto, lo que efectivamente no alcanzo a comprender es la necesidad de que más de una institución internacional certifique el proceso de examinación y calificación de un mismo idioma, pues creo que este aspecto sí responde a cuestiones únicamente político-económicas y no lingüísticas.
Muchísimas gracias, una vez más, por haber comentado esta entrada en mi blog.