LENGUAS
SIN FRONTERAS
Llegados
a este punto, pienso que la acreditación del nivel de un idioma se ha
desvirtuado hasta convertirse en una herramienta de marketing al servicio de
instituciones públicas o privadas.
A continuación
compartiré una breve reflexión sobre el tema 2, el Marco Común Europeo de Referencia para las lenguas, y, de forma
particular, sobre el estudio de la lengua inglesa y la modalidad online que ofrecen diferentes sistemas
examinadores. Como traductora, los exámenes de nivel de lenguas extranjeras son
una herramienta a la que he recurrido con frecuencia y son diversas mis experiencias
en pruebas de acreditación de nivel lingüístico, tanto de lenguas comunitarias,
como no comunitarias.
No obstante, a pesar de esta experiencia, en
mi cabeza da vueltas la siguiente pregunta, ¿puede un único examen, que toma
por referencia los niveles comunes definidos por el MCER, medir nuestra competencia
lingüística en una lengua hablada en más de un continente? Si bien es cierto
que el MCER define de manera muy amplia y flexible los parámetros de referencia
para medir nuestra competencia en una lengua extranjera, considero que hay
muchos aspectos no evaluables, como los culturales o históricos, que también forman
parte del aprendizaje de una lengua, pero son difíciles de evaluar en una
prueba de 2 a 4 horas de duración. A este respecto, el MCER, a pesar de incluir
entre sus criterios el carácter integrador, no responde a los factores
lingüísticos que traspasan las fronteras europeas. Me refiero, en este caso, a
las diferentes pruebas para medir el nivel de lengua inglesa de hablantes que no son nativos (IELTS, Cambridge o TOEFL, entre otras),
que miden el nivel de dominio de una misma lengua, el inglés, con la
particularidad de que las dos primeras pruebas mencionadas son británicas y la
última, estadounidense. Para ilustrar esta doble perspectiva de análisis de una
misma lengua, me remito a mi experiencia personal en Japón, donde pude
comprobar lo frustrante que resulta intentar optar a un puesto de trabajo y no
poder justificar tu nivel lingüístico haciendo referencia a los certificados
IELTS, de Cambridge o al MCER, pues ninguno de estos referentes son conocidos
por los residentes de dicho país. Sin embargo, su escala para medir mi nivel de
inglés eran los resultados del TOEFL, examen con reconocimiento en las
instituciones públicas y privadas japonesas. En definitiva, considero que un
idioma no debería supeditarse a fronteras y, por tanto, soy escéptica
ante sistemas que pretenden uniformizar el nivel de dominio de una lengua
extranjera en base a convenciones histórico-políticas y no a realidades
lingüísticas. Así pues, considero que no es posible que mi nivel C2 en lengua
inglesa, de acuerdo con el MCER, Proficiency para la Universidad de Cambridge, tenga una correspondencia
en nota con el TOEFL, cuando es muy probable que no conozca dos realidades tan
diversas como la inglesa y la americana, a excepción de pequeñas variantes
léxicas o fonéticas. Asimismo, considero que debería existir una prueba unificada con reconocimiento internacional, que abordase el estudio de la lengua inglesa en un sentido global, independientemente del continente en el que se hable.
En la línea de
lo referido anteriormente, me gustaría compartir mi asombro ante las variantes online que ofrecen
diferentes centros examinadores de Cambridge o del British Council (opción que
también ofrece TOEFL y es la más demandada). Esta versión, nos permite examinar
nuestro nivel de comprensión y expresión oral y escrita directamente con un
ordenador. En este modelo de examen, las pruebas de expresión oral y escrita
son las que me resultan más peculiares. En el primer caso, en la prueba de
expresión oral, los estudiantes hablan a un micrófono, sus respuestas se graban
y se envían a la red de puntuación virtual, sin que exista ningún tipo de
contacto entre el hablante y el oyente. En el segundo caso, la prueba de expresión
escrita, la corrige una inteligencia artificial. Mi pregunta es, ¿cómo evalúa
este tipo de examen la creatividad, la espontaneidad o la capacidad de reacción
o adaptación del proceso de comunicación al contexto? A continuación comparto
un vídeo de la nueva modalidad online
de Cambridge, Linguaskill, un test
multinivel de inglés que se hace por ordenador y se obtienen los resultados en
48 horas, “disponibles para imprimir o enviar”.
Estas versiones online parecen querer responder más a la
ley de la oferta y la demanda del mercado (laboral o educativo), que a los
conocimientos lingüísticos de un hablante de acuerdo con el MCER. Así pues, en
la actualidad, es habitual que se soliciten estos exámenes para la gestión de
visas, ofertas de empleo, becas e incluso llegan a establecer la nota de corte mínima
o recomendada para que los estudiantes extranjeros puedan acceder a las
universidades más prestigiosas. Téngase en cuenta pues que para acceder a las
universidades de Columbia, Harvard o Yale se exigen una nota mínima por encima
de 100 en el TOEFL o su equivalente IELTS. En esta misma línea, el British
Council ha desarrollado una nueva modalidad de examinación online, Aptis, más
flexible que las anteriores y más económica, que es reconocida oficialmente por
numerosas instituciones públicas para certificar el nivel de inglés. En el caso
de nuestro país, cuenta con el reconocimiento de 14 Comunidades Autónomas, la
CRUE (Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas) y ACLES (Asociación
de Centros de Lenguas en la Enseñanza Superior) y su versión orientada a docentes
sirve como referente para aquellos que quieren impartir clases en centros
bilingües y cuya puntuación acredite un nivel B2, tal como se recoge en el B.O.C.M. de 27 de abril de 2015.
En conclusión,
considero que una lengua como la inglesa no puede medirse únicamente basándose en criterios de
aplicabilidad al territorio europeo pues, aunque estos simplifiquen la libre circulación
y residencia de los ciudadanos comunitarios dentro de la Unión Europea, en muchas ocasiones, no gozan de reconocimiento una vez se
traspasa el territorio comunitario. Así pues, las tablas de equivalencias con otros sistemas, aunque se propongan, no son reales en la práctica y, por tanto, el reconocimiento internacional del certificado que acredita el nivel de dominio de la lengua inglesa como lengua extranjera se guía más por acuerdos político-económicos, que por la esencia internacional de esta lengua, oficial en más de 45 países y la tercera más hablada en el mundo.
Referencias
Bouzada, C.
(2019). El Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas. Objetivos, métodos
y prioridades de la política lingüística europea. [PDF]. Obtenido de https://cursos.faitic.uvigo.es/
¡Hola! Estoy muy de acuerdo con la idea que expones sobre la acreditación de un nivel de idiomas como una mera forma de negocio a merced de las instituciones privadas. Llevo años trabajando en academias de idiomas donde el principal objetivo no es que el alumnado sea competente en la lengua y disfrute del proceso de aprendizaje sino que lo único que importa es la consecución de un título x. Normalmente se trata de personas adultas que se ven obligadas a tener una certificación oficial por motivos laborales, como muy bien comentas en tu post. No obstante, creo que últimamente esta tendencia también se está dando en edades muy tempranas. Cada vez con más frecuencia los progenitores deciden enviar a academias de este tipo a sus hijos e hijas con el fin de que vayan obteniendo certificados de nivel de idiomas en edades a partir de los 7 años o en ocasiones, incluso antes. Reconozco que puede resultar útil para su futuro pero también creo que este tipo de exámenes (Cambridge, Trinity, entre otros...) pueden resultar ser muy artificiales y estereotipados y se evalúa en gran medida que el alumnado diga aquello que dichas Universidades consideran importante. Me parece por tanto un proceso de aprendizaje erróneo en muchos casos, puesto que el alumnado parece estar robotizado a merced de lo que un examen específico les requiere. La creatividad y el gusto por aprender quedan relegados a un segundo plano por no decir que pasan a ser prácticamente inexistentes.
ResponderEliminar¡Muchas gracias por tu comentario, Tania!
EliminarEfectivamente, mi propia experiencia coincide a la perfección con lo que indicas. De hecho, es habitual que muchos colegios bilingües de inglés examinen de acuerdo con los parámetros de los exámenes oficiales hechos por Cambridge u Oxford.
Muy en concreto, recuerdo cuando me presenté al Advanced de Cambridge, para certificar el C1 en lengua inglesa, y cómo transcurrió la prueba de expresión oral por parejas, con una chica de 18 años, alumna de último curso de Bachillerato de un colegio bilingüe de Vigo. En el momento de la intervención individual, cuando tuvo que opinar sobre una imagen en un tiempo cronometrado, hizo una intervención perfecta (aplicable a cualquier fotografía cambiando un par de sustantivos), en el tiempo exacto y sin apenas tiempo para reflexionar. Mi cara fue un poema y hasta el examinador esbozó una sonrisa al ver mi expresión. Sin embargo, en la prueba del diálogo, la calidad de su discurso brilló por su ausencia. Si bien, cuando se publicaron los resultados de las pruebas, la media en el examen de esta chica fue muy alta, gracias al training intensivo anual que reciben para cada uno de estos niveles de examinación de Cambridge en su colegio, lo que al mismo tiempo repercute positivamente en la imagen del centro educativo.
En conclusión y de acuerdo con tu comentario, considero que en la actualidad los exámenes de nivel ofrecidos por estos centros distan mucho de ser un reflejo real del nivel de competencia en lengua extranjera del alumnado, más bien son un negocio del que se sirven innumerables instituciones o centros educativos para concederse a sí mismos un falso prestigio.
Ola Ana!
ResponderEliminarGustoume moito a túa aportación xa que penso que está a reflectir moi ben a realidade que se vive a respecto das certificacións de idiomas.
Para comezar, creo que é bastante arriscado que avalíen e emitan un certificado en función dunha proba realizada un determinado día e nun contexto que podemos definir como artificial. Como en calquera outro aspecto da vida, quizá non temos o mellor día, ou non descansamos o necesario e as nosas capacidades non están ao 100%, ou mesmo apareceu un imprevisto que non permite que a nosa atención esté totalmente enfocada na realización da proba en cuestión. Pero xa non falemos só de cuestións que poden depender máis ou menos de nós. Ás veces, o tema co que nos están a avaliar non presenta a mellor calidade, como por exemplo nun exercicio de comprensión oral, ou quen decide o contido deste exercicio determina que o mellor é, para poñernos a proba e decidir o noso nivel, que o audio se caracterice por unha pronuncia case inintelixíbel que mesmo un nativo dese idioma tería problemas de comprensión.
Considero que este tipo de probas pode aproximarse e facilitar un mínimo de información sobre os nosos coñecementos lingüísticos, pero non penso que sexan igual de certeras que se nos atopamos ante situacións reais. Creo que o noso día a día nunha cultura distinta e cun idioma tamén distinto ao noso é a mellor forma de comprobar a nosa competencia como usuarios desa lingua.
De novo, parabéns pola túa entrada!
¡Moitas grazas, Gema!
ResponderEliminarAgradezo o teu comentario no meu blogue. Efectivamente, é moi difícil avaliar unha lingua de forma obxectiva, cando o certificado é esixido por empresas e institución para o seu acceso. En relación ao teu comentario, vou compartir contigo o caso dunha amiga que se presentou ao TOEFL, porque era obrigatorio para poder matricularse nun máster que lle esixía ao mesmo tempo a empresa na que traballaba. O caso é que esta amiga fala inglés fluidamente, pero ponse moi nerviosa nos exames. A primeira vez que se presentou (na versión que se fai a través da comuputadora) a parte de comprensión oral saíulle moi mal porque ao tempo que ela escoitaba, outros compañeiros xa estaban respondendo, co cal non conseguía escoitar ou centrarse na súa escoita. Finalmente, non acadou a nota esixida e, como houbo tantas reclamacións, ¡repetiuse o exame! Na seguinte convocatoria, quedou a un paso da nota esixida pola universidade americana para a matriculación. No seu caso, a súa empresa interviu para que a aceptasen (envían alí a todos os seus traballadores porque o máster só existe nos Estados Unidos). Cuestión, a miña amiga tivo moi boas notas no máster e mantén unha boísima relación cos docentes e os seus compañeiros, e en ningún caso tivo problemas de comprensión ou expresión oral/escrita.
Coincido contigo en que o mellor modo de avaliar unha lingua sería tendo en conta outras competencias (saber, saber facer, saber ser e saber aprender).
¡Moitas grazas unha vez mais polo teu comentario!
Hola! Después de haber leído la entrada y vuestros comentarios, no puedo estar más de acuerdo con vosotras. Como bien indicáis, hoy en día la gran parte de las academias de inglés, así como los colegios privados, centran su programa en preparar los exámenes oficiales. Al igual que Tania, comparto que prevalece tener el certificado X a ser competente en inglés. Al final, el alumnado basa su aprendizaje en un sistema concreto de evaluación, repitiendo pruebas similares día tras día. Me recuerda un poco a lo que sucede con Selectividad. Como bien dices tú Gema, ¿qué pasa si tenemos un mal día o si estamos enfermos y obtenemos un mal resultado en el examen? Pues ya se supone que no tendríamos el nivel al que nos presentamos. Resulta que vale más tener un papel que comprobar realmente si tenemos ese nivel o no. Considero que mucha culpa de esta influencia la tienen las empresas, pues en numerosos casos no les vale, por ejemplo, hacerte una entrevista en inglés para comprobar que eres competente, sino que si no tienes ese título ya no les vales para el puesto. Quiero pensar que este cambio en el modelo de las academias es a causa de esta creciente petición del certificado en los puestos de trabajo, pero considero que enfocar el trabajo de las academias solo a conseguir estos certificados es un error. El enfoque debería estar en enseñar al alumnado, en hacer que aprenda. Si los alumnos/as aprenden de manera correcta, no tendrán ningún problema en superar estos certificados si a ellos quisieran presentarse. No le encuentro sentido a prepararlos solamente para un sistema concreto de evaluación.
ResponderEliminarUn saludo chicas!
¡Hola Sandra, muchas gracias por tu comentario!
EliminarLa verdad es que tu reflexión me hizo pensar en la definición de educación de la LOMCE, pues tal como se define en el preámbulo de esta Ley es “el motor que promueve el bienestar de un país”, donde “el nivel educativo de los ciudadanos determina su capacidad de competir con éxito en el ámbito del panorama internacional y de afrontar los desafíos que se le planteen en el futuro”. Entiendo pues que esta tendencia de orientar la educación más hacia las empresas que hacia la formación del propio alumnado es un proceso global, que parte del Gobierno del Estado y finaliza en las aulas o puestos de trabajo. Efectivamente, la "titulitis" es el peor lastre para conseguir que en nuestro país haya una educación de calidad y equitativa.
¡Buen fin de semana!